
Macarons, obsesión y una pizca de rebeldía
Todo empezó con un golpe de suerte… o eso creí
En BP Kitchen no hacemos postres “bonitos” y ya. Hacemos postres con historia. Y si hay uno que me ha llevado al límite, que me ha hecho fallar, reinventar y obsesionarme hasta lograrlo… ese ha sido el macaron.
La primera vez que los hice, salieron bastante bien. De verdad. Pensé:
“¿Cuál es el drama con esto? ¡No está tan difícil!”.
Suerte de principiante.
Porque la segunda tanda salió mal. Y la tercera, también. A la cuarta ya estaba en guerra con la receta. Lo curioso es que, mientras yo me frustraba, mi ahijada Sabina celebraba cada intento fallido: comía “macawrongs” feliz de la vida, sin saber que estaba presenciando el nacimiento de uno de los productos más mimados de la marca.
Obsesión, pruebas… y finalmente el primer “wow”
Durante cuatro meses hice pruebas, ajusté medidas, me peleé con la humedad de Panamá, con los hornos descalibrados, con mi impaciencia… Pero seguí. Porque cuando una idea se mete en mi cabeza, no hay quien me saque de la cocina hasta que logre lo que busco.
Y ese momento llegó: logré un macaron suave, con textura perfecta, con ese equilibrio entre lo dulce y lo elegante, que no solo se ve bien…
sabe a gloria. Literal.
El pedido que me lanzó al abismo (y me enseñó a volar)
Justo cuando aún no dominaba del todo la receta, una amiga (hola, Analissa 👋) me pidió 30 macarons de Galleta María para un evento.
¿Qué hice? Le dije que sí.
Porque al parecer, también disfruto vivir al borde del colapso.
Me encerré tres días a hacer más de 10 docenas de macarons. Logré rescatar 30 que se veían decentes. Analissa quedó feliz.
Yo, agotado. Pero con más ganas que nunca de perfeccionar la técnica de una vez por todas.
Cuando romper las reglas es el verdadero secreto
¿Y si te dijera que también rompí una de las reglas básicas del macaron?
Todos los expertos dicen que hay que dejar secar los macarons al menos 45 minutos antes de hornearlos. Pero estamos en Panamá, donde la humedad es casi un ingrediente más.
¿Secar 45 minutos al aire libre? No le encontraba la lógica por ningún lado.
Así que decidí hacer lo que mejor se me da: cuestionarlo todo.
Cambié la textura de la mezcla, reduje el batido, y los horneé directamente.
¿El resultado?
Macarons con patas perfectas. Sin necesidad de esperar. Sin rendirme ante el clima.
Hoy, los macarons de BP Kitchen tienen historia… y mucho carácter
Cada uno es resultado de errores, ajustes, paciencia (o la falta de ella), y muchísimo perfeccionismo.
No son solo bonitos: son memorables.
Y si aún no los has probado… bueno, tal vez este artículo sea tu señal.
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